Superando la adicción a la cafeína: Diario

Día 1: A las 3 horas de desayunar empiezo a notar un leve dolor de cabeza. El dolor se va haciendo cada vez más fuerte hasta volverse insoportable sobre el mediodía. También empiezo a tener náuseas, aunque leves. Me siento cansada pero es soportable. Hacia las 16:00 me tengo que echar una siesta porque el dolor de cabeza es insufrible, especialmente estando sentada o tumbada. Mejora si me pongo de pie y es inhumano si me agacho. Me siento tan mal que estoy a punto de mandarlo todo a paseo y hacerme un café, aunque sea descafeínado. Durante la tarde siguen los síntomas, lo de menos es el cansancio, se sobrevella bien pero la migraña es brutal y las náuseas van y vienen. Empieza lo peor, pero por lo menos ya estoy a medio camino (si es que no sucumbo antes)

Día 2: Al levantarme el dolor de cabeza ya no era tal, con lo que me alegro pensando que ya puedo estar al final del camino. Desayuno achicoria pero no me convence el sabor. Salgo a dar un paseo y el dolor de cabeza va y viene por momentos. Sigue siendo peor si me pongo cabeza abajo (al agacharse o así). Pero a medida que pasa el día va desapareciendo. Ya no tengo nauseas y me siento menos nerviosa y más tranquila en general.

Día 3: Día clave, ya que hay que ir a trabajar. Desayuno Eko y bah, pasable. Ya no me duele nada la cabeza y no me noto ni dormida, ni cansada, ni nada. En general noto una gran calma interior, las tonterías que me ponían nerviosa por la mañana (como el típico corre que te corre que llego tarde a trabajar) ya no me ponen nerviosa. Me noto más relajada y con los músculos menos tensos. Además creo que hasta mi bruxismo ha mejorado, lo cual me lleva a pensar que en realidad no era tan nerviosa por naturaleza sino que la cafeína tenía cierta culpa.

 Así que así es, 3 días ya sin tomar café y me noto mucho mejor. Más despejada, más tranquila, en definitva...¡más sana! ¿Quién me lo iba a decir?